miércoles, 24 de febrero de 2010

Quisiera ser...

Quiero hundirme en tu respiración, ser sol ardiendo en pleno mediodía. Quiero saciar mi sed en tus labios… deja colmar mis sentidos asfixiados en el cielo, tu cielo que es Olimpo… Déjame crear una historia de duendes y hadas en el frescor de tu piel… déjame.
Déjame sobre un lecho de estrellas volar al infinito y no me mires con tus ojos cóncavos e inquisidores, déjame ser… Déjame respirarte sin preguntas, sin miedos, sin recelos, sin desdeño. Deja que en lontananza me acaricie la aurora en tu pálido regazo, que divague con astros, con luceros, con luces aunque sean falsas, con alegrías aunque sean sueños. Déjame ser alas libres en los vientos del sur, despegar de este suelo sórdido, adormecido y tan quieto que produce letargo… deja que crea que el mundo no es un lodazal, sino escalinatas plateadas que me llevan a la vida. Quiero creer que la humanidad supero al animal, que la energía existe, que soy más que un breve instante de calor, que mis palabras no son simples jadeos gastados en tu memoria. Quiero pensar en corazones de cristal dibujados en los rostros serenos, que los disparos son bengalas que anuncian alegrías. Déjame brillar en el frío de tu mirada ausente, quiero ser llama consumida en tus venas. No quieras que deje de ser, no quieras que deje de sentir, no quieras que deje de soñar… quiero darte asilo, embriagarme en risas, dejar de ser cuerpo y convertirme en alma… retornar a mi forma astral… mezclarme con la tierra, ser sangre furiosa, latido insaciable, quiero llorar sin tener que secar mis lagrimas al aire de la soledad, quiero tener motivos para reír, te juro que quiero vivir…. Para morir en paz.

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