sábado, 20 de febrero de 2010

Nocturno...

Llega la noche plateada, bulle en mi espera la rosa, su aroma me invade y en mis ojos sueña.
De la Diosa Serpiente presiento el danzar convulso, su espíritu se adueña del mío y bailo, mis pies se elevan, el piso se hace nube, mi piel etérea sigue bailando, busco otra piel, otro cuerpo, una ráfaga pirea para que abrace los sentidos y ardan en el mar de los deseos.
Te encuentro, mi conciencia esta en jaque, me abandono al lírico delirio de tu voz, vamos en alas de mariposas al viento, somos respirables.
No hay pena, niebla o dolor que nos alcance, las caricias llegan pausadas pero seguras, la sangre fluye en cascadas indetenibles y mis poros abiertos, anhelan el dulzor cálido de tu aliento.
No existe el pecado todo es entrega, hasta la tierra se enamora al contacto, soy mezcla de néctar ambrosía y espuma que se pierde entre tus manos.
Fuegos violeta y azul, se asoman a mis ojos serenos y el danzar nocturno continúa. Resucita mi sangre india, mi esencia gitana, mi hoguera interior. Renacen las fragancias, sándalo y canela perfuman nuestro círculo.
Llega el juego de besos discretos que se desatan, ansias misteriosas, nos acogen en indecibles sismos corporales. Ardientes manantiales, que no alcanzan a saciar mi boca a tu espera y gammas tornasoladas se dibujan en mi rostro que se pierde en el embeleso.
Densa tu mirada escruta el prisma jubiloso del volcán que nos funde, el sortilegio fluye en bohémicos andares, prosigues la leonica expedición en mi pecho, desandas con tus labios los caminos que han forjado tus manos en mi cuerpo.
Se aviva la apetencia en ambos, los besos no bastan, las caricias no alcanzan, es más que carne, mas que alma.
Se acelera el pulso como torrencial fuente viva, brota el sudor, se mezcla y nos inunda, en esa mágica humedad navegamos al encuentro, aunados en la tarea del placer.
Venus nos rige, nos embriaga y nos seduce, aspiramos el Olimpo, alcanzar la cumbre es oficio cercano.
El regocijo se hace presente, nos sacude en dulces espasmos, orgásmicas notas melodiosas y perfectas. Se bloquean mis defensas y ceñida a tu entorno despliego sonrisas y suspiros de calma hasta abandonarme al vuelo libre de sensaciones puras y hondas.
El alba anuncia retiro, el divino quehacer cesa, como cesa el aspaviento, se apagan las estrellas.
Despierta el canto matutino, marchas centinela. ¿Pronto será tu regreso? Quien lo supiera, solo somos espíritus libres que detienen por momentos su independencia… Me cobijo en la letanía de tu espera, sueño abrazada a tu recuerdo, me suspendo en el letargo y duermo.

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