miércoles, 24 de febrero de 2010

Desvaríos...

Anhelo calor en este paraíso congelado de las quimeras. En mi estrecha condición humana, busco rivales con quienes pelear el triunfo de los caminos, pero esos rivales tienen mi rostro; camino hacia ellos y descubro que no podré pelear los trofeos manchados de barro que codicio, es una lastima pero no hay nada que repartir.
Espero un tiro de gracia, al mercenario que se cobija en mi interior ya no le quedan ni causas, ni excusas porque en esta dimensión no se lucha, solo se duerme. No hay escape, aun así insisto en empuñar mis fuerzas en el mar de las inquinas. Hallo una esperanza en el sueño, y despierto en una única pesadilla, en ella me enfrento a mi semejante ese que tiene mi rostro, que habla con mi voz, que tiembla con mis huesos.
Mi aliento vital se extinguirá en poco tiempo, el tiempo que dure una respiración, así que aprovecho para descargar mí pasión contra ese reflejo momentáneo y silente de mi espejo, es tan dócil que me avergüenzo, el lapso se venció, ya no respiro ahora solo duermo.

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