miércoles, 24 de febrero de 2010

Ansias...

Acércate y justifica exacta y puntualmente la secreta duda que gobierna mi médula. Voy a comulgar con el suspiro del horizonte virtuoso que recurre a este sitio, a esta secreta habitación llena de vértigos. Un solo respiro de éste ser inefable que aparenta ser mi dueño, traspasa todos los umbrales como el monarca de las espinas y las penas. Así pues, van mustias y secas las hojas que oscilan en los fríos vientos de la madrugada, y lo que anhelo son aquellos pétalos, lluvia de pan, voz de cobijo de mis agónicas tristezas. Un solo retrato embarrado de sombra, un único zumbido de colmena desata las vibrantes voces de la mañana, para anunciar mí marcha al jornal de siempre: la conquista de mi propio ser.
Volveré de noche sin mas conquista que otro día menos de existencia, me he preocupado tanto en conseguir respuestas que he olvidado vivir. Mañana otra espera, otra melancolía, tal vez me decida a no buscar tanto, para poder encontrar en mi misma algo. Mañana a lo mejor me quede aquí en mi propio cuerpo.

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